¿Qué busca el canal de comercial alimentación en productos de quinta gama?
La restauración profesional está evolucionando, y con ella, también lo hace el papel del comercial de alimentación. Hoy, más que vender, se trata de aportar soluciones. Para distribuidores, mayoristas y comerciales del canal horeca, entender el valor real de la quinta gama es clave para seguir siendo relevantes y competitivos.
El comercial de alimentación como consultor gastronómico
En el contexto actual del food service, el comercial de alimentación ya no es solo un intermediario: es asesor estratégico. Su misión no es mover cajas, sino ayudar a los chefs y responsables de cocina a resolver problemas reales como:
La falta de personal cualificado
La necesidad de optimizar tiempos sin sacrificar calidad
El control de escandallos y reducción de mermas
La agilidad operativa en servicios con alto volumen
Para ello, necesita contar con un proveedor de quinta gama que le ofrezca:
Formatos versátiles: adaptados al canal horeca, con múltiples posibilidades de regeneración.
Buena logística: entregas eficaces, producto estable y planificación coordinada.
Apoyo técnico y comercial: fichas técnicas claras, recetas de aplicación, formación y acompañamiento.
¿Por qué la quinta gama es clave en el catálogo del comercial?
Porque la quinta gama bien planteada no resta personalidad al plato, sino que libera al chef de tareas repetitivas y permite centrarse en lo que realmente importa: la creatividad y la experiencia gastronómica.
Los productos de quinta gama:
Garantizan calidad constante y regularidad
Reducen tiempos de mise en place
Eliminan mermas innecesarias
Permiten un mayor control del coste por ración
Un catálogo de productos de quinta gama bien seleccionado convierte al comercial en un partner de valor. Ya no se trata de “vender un preparado”, sino de presentar una solución concreta para un problema operativo.
Errores comunes en la selección y venta de quinta gama
Muchos comerciales y distribuidores cometen fallos que pueden sabotear sus esfuerzos. Estos son los más frecuentes:
1. No conocer bien el producto
Ofrecer quinta gama sin probarla o sin saber explicarla es un error. El comercial debe dominar su catálogo: cómo se regenera, en qué formatos viene, con qué platos combina, etc.
2. Pensar que todos los chefs la rechazan
El rechazo suele venir por desconocimiento o malas experiencias previas. La clave está en mostrar la versatilidad y la calidad artesana de los productos bien elaborados.
3. Descuidar la logística
No sirve tener un gran producto si no llega en condiciones óptimas o no se garantiza la rotación. El control logístico es fundamental para el canal horeca.
4. No adaptar el discurso al perfil del cliente
No es lo mismo vender a un catering de eventos que a un restaurante de menú diario. Un buen comercial adapta su propuesta al contexto del cliente final.
Quinta gama: una ventaja competitiva para el comercial alimentación
El mercado horeca valora cada vez más la eficiencia, la coherencia de servicio y la calidad sostenida. Y ahí, la quinta gama gourmet tiene mucho que aportar. Con el proveedor adecuado, el comercial de alimentación puede posicionarse como un auténtico facilitador de soluciones gastronómicas.
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Evoluciona tu porfolio y marca la diferencia
Si trabajas en el canal de distribución y aún no has integrado la quinta gama en tu catálogo, estás perdiendo una gran oportunidad. La restauración del presente —y del futuro— necesita aliados que aporten soluciones reales.
Hoy más que nunca, la diferencia está en el valor añadido. No se trata solo de tener un catálogo amplio, sino de ofrecer respuestas concretas a los retos de tus clientes horeca. La quinta gama bien trabajada no es solo producto: es servicio, es visión, es profesionalidad.